Modelar un negocio no es lo mismo que hacer un Modelo de Negocios o CANVAS. Parece una “perogrullada”, pero no lo es. Modelar el negocio, se refiere al diseño, el cual una vez lo tengo, vuelco en un CANVAS (o alguna otra herramienta que me permita ordenar las ideas).
El diseño es resolver las típicas preguntas que nos hemos hecho por décadas:
Qué voy a hacer
Cómo lo voy a hacer
Para quién lo voy a hacer
Cuánto dinero involucra
Otra forma de pensar las preguntas, es como aparece en el libro de Generación de Modelos de Negocios de Osterwalder: 1) diseñar qué solución voy a entregar y 2) a quiénes se las voy a entregar; 3) cuál es el valor que ellos obtendrán y 4) cuánto voy a ganar yo en este esfuerzo (o cuánto del valor podré “capturar”). En este contexto, es importante entender que estás preguntas las podré resolver en la medida que conozca realmente y en profundidad el negocio en el que estoy o en el que estoy entrando.
El conocimiento del «negocio» en el que quiero entrar (o estoy) es clave. Solo desde un conocimiento profundo y real de lo que ofrecen los competidores actuales (de sus debilidades, pero sobre todo de sus fortalezas) y de lo que buscan los clientes y usuarios actuales y potenciales al acercarse a esas empresas, podré diseñar una solución que mejore lo existente. La peor práctica de diseño es minimizar las soluciones actuales. Por algo están y por algo algunas son bastante exitosas.
Comprender la industria o el conjunto de empresas que buscan resolver una necesidad para un grupo de clientes con una forma de operación dada, es fundamental y la base para modelar el negocio.